LISTOS PARA NUESTRO ENCUENTRO

Le has concedido el deseo de su corazón, Y no le negaste la petición de sus labios.  Porque le has salido al encuentro con bendiciones de bien; Corona de oro fino has puesto sobre su cabeza (Salmo 21:2-3)

INTRODUCCIÓN

Es un hecho que desde antes de la fundación del mundo Dios nos llamó y nos apartó con un propósito “bendecirnos y multiplicarnos”, su deseo desde la eternidad es que crezcamos y no que disminuyamos y esto aplica para todas las áreas de nuestra vida. Una vez nos llama, se presenta a nosotros en repetidas ocasiones…nos visita y sin duda, quiere hacernos grandes regalos, la pregunta que debemos hacernos es: ¿estoy listo(a) para recibir esa visita tan especial?, ¿para salir a su encuentro? Abraham fue un hombre que siempre estuvo dispuesto para encontrarse con Dios.

DESARROLLO

1- Dios visita a Abraham: “Después le apareció Jehová en el encinar de Mamre, estando él sentado a la puerta de su tienda en el calor del día” (Génesis 18:1), cuando la palabra de Dios habla de un “después”, quiere decir que ya lo había hecho antes, en este caso, Dios se apareció a Abraham cuando lo llamó, lo que implicaba salir de su tierra y dejar sus parientes, cuando hizo pacto con él y su descendencia y cuando confirmó la promesa de darle un hijo. Es extraordinario saber que nosotros también tenemos la fortuna de recibir la visita del Padre que siempre se presenta con las manos llenas de esperanza, seguridad y provisión para nuestra vida y familia. Sin embargo, muchos no logran identificar sus visitas, veamos que nos enseña Abraham:

1.1 Levante los ojos al cielo: “Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él; (Génesis 18:2a) Lo primero es la vida de oración, es poner nuestra esperanza en Cristo. Una vez reconocemos a Dios como nuestro Señor y Salvador, cambiamos la actitud frente a lo que somos y tenemos. Una vida constante de oración, provoca la visita del Señor.

1.2 Salga a su encuentro: “y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos, y se postró en tierra” (Génesis 18:2b): Abraham estaba sentado en la puerta de su tienda a la hora más calurosa del día, posiblemente se estaba recuperando de la circuncisión. Muchas veces Dios nos visita en momentos que podemos considerar inoportunos, y es en esos momentos donde desea comunicarnos algo. Es nuestra decisión salir o no, de todo aquello que nos impide tener un encuentro verdadero con nuestro Creador, levantarnos y salir corriendo al encuentro de la bendición con humildad y reverencia.

1.3 Haga de su vida y su familia, un lugar agradable para recibir al Creador: “y dijo: Señor, si ahora he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de tu siervo, que se traiga ahora un poco de agua, y lavad vuestros pies; y recostaos debajo de un árbol” (Génesis 18:4-5). Dios no desea pasar de largo por la vida de sus escogidos, Él espera que lo invitemos a quedarse, que mostremos deleite por su presencia, que lo recibamos con agrado y atendamos a sus enseñanzas.

1.4 Sea agradecido: (Génesis 18:5-8): un corazón agradecido es generoso, da lo mejor y da abundantemente

2- Al encuentro de la promesa: Y le dijeron: ¿Dónde está Sara tu mujer? Y él respondió: Aquí en la tienda. Entonces dijo: De cierto volveré a ti; y según el tiempo de la vida, he aquí que Sara tu mujer tendrá un hijo (Génesis 18:9-10).

Dios pudo presentarse a Abraham y de inmediato anunciar lo que vendría como resultado de su visita, Él es soberano, sin embargo, fue después de la hospitalidad y el servicio cuando Dios le afirmó la promesa de un hijo. Hospitalidad es recibir con agrado, acoger un visitante y lo que él tiene para ofrecer.

2.1 Soltar el pasado, para abrazar el presente: “Y Abraham y Sara eran viejos, de edad avanzada; y a Sara le había cesado ya la costumbre de las mujeres. Se rió, pues, Sara entre sí, diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo? (Génesis 18:11-12). Los verdaderos milagros, surgen de los imposibles, las promesas de Dios son verdaderas y no podemos dudar ni reírnos de ellas… pregúntese ¿cómo se ve hoy? ¿Cómo ve su matrimonio? ¿Se han envejecido sus sueños? ¿Hay dudas y desesperanza en su corazón?

2.2 ¡Nada hay imposible para Dios!: “¿Hay para Dios alguna cosa difícil? Al tiempo señalado volveré a ti, y según el tiempo de la vida, Sara tendrá un hijo” (Génesis 18:14). Negamos a Dios cuando nos llenamos de miedo y argumentamos frente a sus promesas.

2.3 Dios revela secretos grandes y ocultos, a quien lo recibe con agrado: “Y Jehová dijo: ¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer, habiendo de ser Abraham una nación grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la tierra? Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él (Génesis 18:17-19) Dios conoce la intención futura del corazón humano, Abraham entendió que fue elegido para ser bendito y llevar bendición a otros, apartado para mantener a sus hijos y a su familia en el camino del Señor, haciendo lo que es correcto y justo.

1.4 El Señor siempre estará con nosotros: “Y se apartaron de allí los varones, y fueron hacia Sodoma; pero Abraham estaba aún delante de Jehová” (Génesis 18:22): Dios quiere visitarnos para quedarse y hacer morada.

APLICACIÓN TEOTERÁPICA

Salir al encuentro de nuestro Señor Jesucristo, es una decisión que debemos tomar. Seguirlo y servirle, darle lo mejor, es la garantía para que veamos el cumplimiento de sus promesas en nuestra vida y la de nuestra familia.