ASPECTO HISTÓRICO
La
fiesta de los Tabernáculos también se conoce como "la fiesta de la
cosecha" (Exodo 23:16, 34:22), y era la última fiesta del año judío. Era la más gozosa de todas las épocas festivas en Israel. Era la temporada
del año en que los corazones de la gente
estaban llenos de agradecimiento, alegría y expectación: Todas las cosechas ya se habían recogido y estaban guardadas, la tierra
esperaba "las lluvias tardías" para su ablandamiento y
refrescamiento, esperando una nueva cosecha.
Viendo
la buena tierra, enriquecidos por su fruto, recordaban que habían sido traídos a este lugar y Dios les había dado esta tierra maravillosa, que El
siempre la reivindicaba como suya.
La
celebración duraba 8 días, del 15 al 22 del mes séptimo o Tisri, aproximadamente
Septiembre-Octubre en nuestro calendario.
Succot,
Literalmente significa "cobertura", "cubrir". El propósito de ésta fiesta es recordar las cabañas en las cuales el pueblo judío vivió durante 40 años en el desierto. También recuerda la fidelidad de Dios y su protección (cobertura), durante estos años.
Es la
muestra de cómo Dios cubrió toda necesidad en el desierto:
Ø Ante
el calor: Hubo una nube.
Ø Ante
el frío: Columna de fuego.
Ø Ante
las bestias: Protección.
Ø Ante
la sed: Agua de las rocas.
Ø No
hubo plagas ni enfermedades
MANERA
DE CELEBRAR:
Durante
los ocho días de la fiesta los judíos viven en pequeñas cabañas "suca" (tabernáculo), para recordar que fueron extraños y peregrinos en la tierra. Según ellos deben salir de su casa y morar en la
suca para representar su voluntad de unirse a Dios bajo circunstancias
adversas.
Las
cabañas eran construidas al aire libre,
con hojas de palmera en el techo y las paredes de tela. También se utilizan diferentes ramas de diversos
arbustos, significando con ello los diferentes sitios por donde pasaron en su
peregrinaje: Palmeras (valles y llanuras), mirto (matorrales, alturas montañosas), sauce (arroyos en los que bebieron).
En
esos 8 días deben olvidarse de la habitación usual para vivir en la sucá, amueblándola de la mejor manera, comiendo,
durmiendo, divirtiéndose, estudiando y orado en ella,
de día y noche. Esta "morada
endeble" en cabañas es una clara imagen de la vida
humana, floja, inconsistente, pasajera, presta a desmoronarse en cualquier
momento.
El
primer día de la fiesta y el octavo día, debían ser de "santa convocación", y ambos "sabbath" de
reposo festivo en el Señor.
Se
celebraba la bendición de Dios con las cosechas, nadie
podía presentarse con las manos vacías, debían traer ofrendas como expresión de gratitud. Debía
haber alegría y gozo, y gratitud en el corazón por todo lo recibido de Dios. (Dt..
16:13-15).
Después del exilio se añadió
a la ceremonia derramar agua mezclada con vino sobre el altar, como símbolo de gratitud por la provisión de agua en le desierto.
ASPECTO
DOCTRINAL
LA
FIESTA DE LOS TABERNÁCULOS A TRAVÉS DE LOS TIEMPOS
En la
cautividad los judíos, bajo el dominio de los
Babilonios y Persas habían dejado de celebrar la Fiesta de
los Tabernáculos, pero en el regreso a
Jerusalén, Esdras estableció nuevamente la celebración de ésta fiesta. (Nehemias 8:14-18, Esdras. 3:4).
Con
relación al futuro y su sentido simbólico, ésta fiesta de los Tabernáculos es también considerada "La fiesta de Jehová". La Biblia señala que en los últimos tiempos, gentes de muchas naciones
subirirán a Jerusalén para celebrar "Sucot". Es la
Cosecha de las naciones, pues todas las naciones subirán de año en año para adorar a Jehová de los ejércitos, en su victoria final y celebrar esta
fiesta en Jerusalén. Es Figura de la restauración del reino de Israel, después de su reunificación y su conversión espiritual. (Zacarias. 14: 16-21
ASPECTO
TEOTERAPICO
EL
OCTAVO DÍA, ANTICIPO DEL CIELO
Jesús asistió a la Fiesta de los tabernáculos, en esa época el atrio era iluminado el primer día de la fiesta y los rabinos ejecutaban allí una danza de antorchas. En el último día, en que se derramaba el agua Jesús exclamó "Si alguno tiene sed, venga a mi y
beba" (Juan 7:2, 37-39). Cristo, como fuente de agua viva calma toda sed,
satisface las más profundas necesidades, es
provisión inagotable y vida fructífera.
La
fiesta de los tabernáculos es Recordar que Nuestro
proveedor y protector es Dios. Que la vida es "suca", frágil como una cabaña. Representa a Cristo, quien se vuelve débil en la cruz y lleva mis debilidades.
Como
hijos del pacto, todo lo que decimos y hacemos produce gozo en el cielo. Nos
Regocijamos con lo que ya es nuestro, con toda la bendición que El ya nos dio, pensando que nuestra
ciudadanía está en el cielo, y clamando porque El regrese.
Esta
fiesta en función espiritual nos debe llevar a "praxis espiritual" entrar en el
reposo de Dios, estar con El.
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