Introducción
Isaías 58 nos invita a hacer una seria evaluación como comunidad, qué tanto aplicamos la palabra de Dios. El ayuno no busca forzar la mano de Dios o llamar su atención para que suceda lo que nosotros esperamos sino para fortalecernos en el conocimiento y ejercicio de su Palabra. Este pasaje nos describe hacia donde debe ir dirigida nuestra oración, nuestro estudio bíblico y nuestras acciones. Concreta mente nos describe hábitos que debemos abandonar y hábitos que debemos formar en el día de ayuno. El ayuno es entonces la pausa constante que necesitamos para crecer a la estatura de la plenitud de Cristo.
1. Los Hábitos que debemos aprender a abandonar en el día de ayuno
- Explotar a los demás: esto implica sacar provecho de la fragilidad de otros. Todo lo que Dios nos da es para disfrutar pero también para compartir y buscar el beneficio de todos.
- Constantes peleas y riñas: el ayuno es el espacio para que nos ejercitemos en el maravilloso hábito de resolver las diferencias dentro de un ambiente de amor y respeto.
- Constante queja: nada más recurrente y desgastante para el pueblo de Dios que la queja.
2. Los Hábitos que debemos aprender en el día de ayuno:
- Romper cadenas de injusticia, desatar las correas del yugo, liberar a los oprimidos y romper toda atadura: Dios no quiere ver que en nuestro ayuno permanezcan los mismos hábitos o ropaje viejo, lo que desea ver es un corazón nuevo, sensible y limpio.
- Compartir tu pan con el hambriento, dar refugio a los pobres sin techo, vestir al desnudo y no dejar de lado a tus semejantes: el verdadero ayuno nos confronta con el amor hacia Dios y a los demás, nos ayuda a desarrollar un corazón sensible al liberarnos del egoísmo y la indiferencia; el ayuno que agrada a Dios nos impulsa a ser generosos.
- Desechar el yugo de opresión y la lengua maliciosa: antes nos hablaba de romper el yugo, pero en este momento nos hace una invitación posterior, después de romper el yugo tenemos que desechar todo aquello que nos pueda llevar a caer nuevamente.
- Si dejas de profanar el sábado y no hacer negocios en mi día santo; si llamas al sábado delicia y al día santo del Señor honorable: el día sábado representaba en la cultura hebrea, el día que se dedica a la familia, al descanso y los mas importante, a buscar al Señor como comunidad. Tiempos estos que no podemos negociar. Profanar quiere decir “tratar algo sagrado sin el debido respeto”, deshonrar o hacer uso indigno de algo que es sagrado”. El tiempo dedicado para su vida espiritual y para su familia es “santo”.
Aplicación Teoterapica
Esta clase de vida nos mantendrá consagrados, hasta que El regrese. Vivir de esta manera es realmente una vida de victoria.
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