PEREGRINAR EN TIERRA SANTA


“Y también al extranjero que no fuere de tu pueblo Israel, que hubiere venido de lejanas tierras a causa de tu gran nombre y de tu mano poderosa, y de tu brazo extendido, si viniere y orare hacia esta casa, tú oirás desde los cielos, desde el lugar de tu morada, y harás conforme a todas las cosas por las cuales hubiere clamado a ti el extranjero; para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre, y te teman así como tu pueblo Israel, y sepan que tu nombre es invocado sobre esta casa que yo he edificado." (2 Crónicas 6:32:33)





Introducción



El contacto directo con otros pueblos, otras costumbres y otros horizontes geográficos, son siempre una fuente de enriquecimiento. Hay suficientes razones para querer conocer un país, pero al estudiar la Biblia descubrimos que Israel tiene razones más importantes que nos servirán para fortalecer nuestra vida espiritual y nuestra visión de esa tierra que tiene que ver con nuestro pasado, presente y futuro.


1. ¿Por qué peregrinar? (Salmo 122:1-2)

Debe meterse ante todo por caminos que el Señor le indicará para llegar hasta él. Lo esencial de la peregrinación a Jerusalén es la decisión interior de responder a la llamada del Espíritu de modo personal, como discípulos de Jesús. Tiene que ver con nuestra actitud de fe. Cuando entiendo la visión, me dispongo a subir y Dios me respalda. Desear conocer a Jerusalén, o verla de nuevo, es estar de acuerdo con Dios porque nos interesamos por lo que él ama. Debemos ponernos en camino y hacer el viaje físico disponiendo el espíritu y el alma para:
· Convertirnos de todo corazón a Dios. Tener un encuentro personal con él en su tierra (2 Crónicas 6:32-33). La peregrinación es un camino de conversión, en ella el peregrino podrá vivir la experiencia del hijo pródigo, quien conoce el pecado, la dureza de la prueba y de la corrección, el sacrificio del viaje, pero conoce también la alegría del abrazo del Padre rico en misericordia que lo ha llevado de la muerte a la vida (Lucas 15:24).


· El peregrino debe venir con la actitud de oración, alabanza, adoración, intercesión y acción de gracias (Hechos 4:20).

· Disponerse a escuchar a Dios (Isaías 2:3).

· Experimentar a Jesucristo resucitado en la tumba vacía (Marcos 16:6).

· Comprobar que su Palabra sigue vigente (Miqueas 4:2).

· Recibir alegría, unidad, prosperidad, descanso y paz (Salmo 122).


2. ¿Qué es Israel para Dios?

La intención de Dios fue que Israel fuera un pueblo diferente, una nación de gente que señalara a otros el camino hacia Dios y su prometida provisión del Redentor, Mesías y Salvador. En su mayor parte, Israel falló en esta tarea. Sin embargo, el fin principal para Israel, que era traer mediante su linaje al Salvador, fue plenamente cumplido en la persona de Jesucristo (Juan 3:16).

Además Dios puso en esta tierra su nombre, proclamándola como su nación (Génesis 35:9-13). También la proclamo cabeza de las naciones (Jeremías 31:6-7)

3. Dios quiere tenernos allí con frecuencia

El testimonio de esta ciudad es el propio testimonio de Dios quien vino en forma humana para redimir al mundo. El salmista consideró que debía declararse esta historia de generación en generación, por eso escribió: “Andad alrededor de Sion, y rodeadla; contad sus torres. Considerad atentamente su antemuro, mirad sus palacios; para que lo contéis a la generación venidera. Porque este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre; Él nos guiará aún más allá de la muerte” (Sal. 48:12-14). Además:
§ Nos ordena ir (Deuteronomio 12:5; Esdras 7:13)
§ El proporciona los medios (Nehemías 2:4-6)

Aplicación Teoterápica.

Cada día miles de peregrinos en todo el año, visitan Israel por muchos motivos, cuanto más nosotros que entendemos la maravillosa bendición que Dios nos ha dado, tener salvación y vida eterna en la nueva Jerusalén prometida.





















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