LA PAZ DE ISRAEL, NUESTRA PAZ

Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió a recibir a Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo, a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz…” (Hebreos 7:1-2)


Introducción
Jerusalén es el corazón de Israel, allí Dios habla a su pueblo. La palabra Jerusalén viene del hebreo Yerûshâlayim, "posesión de la paz" o "fundada en paz". En Israel se usa la palabra Shalom para saludar o despedirse, esta palabra significa paz, bienestar, trasmite un deseo de paz, salud, armonía. Este sentido profundo de paz viene de Dios que la escogió como lugar de su morada. Jesús también nos lo enseño en diferentes oportunidades luego de la resurrección, cuando apareció a sus discípulos les saludo: Shalom aleijem, que significa la paz sea con vosotros.

1. La verdadera paz
La paz no es simplemente la ausencia de conflicto o de guerra, la verdadera paz expresa la bendición perfecta en todo sentido, una paz que viene desde el corazón de Dios. Israel posee la verdadera paz porque:
  • Dios decidió escogerla como su tierra, como su pueblo especial a pesar de ser un país insignificante, el decidió amarla (Deuteronomio 7:6-8).
  • Dios determino que fuera su morada, el lugar de su reposo (Salmo 132:13-14).
2. Cómo se obtiene la verdadera paz
La verdadera paz se obtiene del único que la posee que es Dios, tal como nos la ofrece el Señor Jesús (Juan 14:27). La paz que Dios nos da trae a nuestra vida:
  • Reconciliación (Efesios 2:14). En el antiguo testamento debían ofrecer una ofrenda y sacrifico de paz para estar a cuentas con Dios y obtener su paz (Levítico 3:1-3). Ahora Dios ha derribado la pared que nos separaba de él, por medio del Señor Jesucristo. Además al quitar la pared, hoy tenemos esa paz en Cristo, como lo leímos en el pasaje de Juan, él nos la da.
  • Fin de la angustia (Juan 14:27), notemos que el Señor nos promete una paz diferente a la que el mundo da, una paz que pese a las dificultades está presente porque la proporciona la seguridad de su presencia en nuestra vida.
  • Reposo y confianza (Isaías 26:3). Para obtener esta paz que reposa en la confianza que Dios nos da, nuestros pensamientos debe estar inundados de los de Dios.
  • Agradecimiento (Colosenses 3:15). La paz de Dios nos llena de gratitud y alabanza hacia Dios porque nos permite reconocerle en todos nuestros caminos.
3. Desde Jerusalén fue dada la paz

En Jerusalén se llevó acabo el mayor acto de amor por la humanidad, la reconciliación del ser humano con Dios a través de Jesucristo, la reconciliación que es vida y paz en nuestro corazón. Ahora nosotros estamos llamados a ser fuente de paz porque el Dios de paz habita en nosotros (1 Pedro 3:11-12)

Aplicación Teoterápica

Para que el ser humano tenga la paz verdadera, es necesario que reciba al dador de esta paz en su corazón: el Señor Jesucristo. Una vez tengamos al Señor y la paz que él nos da, estamos llamados a llevarla a los demás. Así mismo estamos llamados a llevar el ministerio de la reconciliación, solo de esta manera se terminarán las guerras más terribles: las internas y podremos ser libres para llevar esa verdad a quienes andan en oscuridad.










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