LA VOLUNTAD DE DIOS ES TU PROSPERIDAD

“Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. (3 Juan 2)



Introducción

La verdadera prosperidad es algo que muchos podemos ver como inalcanzable, como un privilegio imposible de obtener. Pero esto será posible cuando nos rindamos a Dios y el actué en nosotros y a través de nosotros. Nuestro buen Padre Dios quiere que seamos prósperos, en espíritu, alma y cuerpo, es decir en todo, pero para esto debemos conocer sus principios y ponerlos por obra, pues son los que nos llevarán a la tan anhelada prosperidad.

1. Dios es el Dueño absoluto de todas las cosas (Salmo 24:1)

¿Cuántas veces hemos visto personas que tienen casas hermosas y muchos títulos de grandes propiedades, pero que después de un gran terremoto han quedado sin nada? Esto sucede porque las personas son dueñas de las cosas según las leyes de propiedad, pero no son las dueñas absolutas de dichas cosas; por eso es que sin su aprobación son destruidas por fuerzas mayores. El hombre puede ser poseedor de muchas cosas, pero en un sentido limitado y sólo por cierto período de tiempo. ¿Por qué Dios es el dueño Absoluto?:

· Es el Creador de todas las cosas (Génesis 1:1).
· La Biblia dice que él es el dueño de la tierra y su plenitud (Salmo 24:1).
· Dios mismo afirma que la tierra es suya (Levítico 25:23). 
· Dios es el dueño de la vida del animal (Salmo 50:10-12). 
· De Dios es toda riqueza mineral (Hageo 2:8). 
· Dios es quien da todo bien (1 Corintios 4:7). 
· Dios es la fuente de toda buena dádiva (Santiago 1:17). 
· Dios es el administrador de las riquezas (Deuteronomio 8:18). 
· Además de haberlo creado, Dios ha redimido al hombre. (1 Corintios 6:20; 1 Pedro 1:18-19; Romanos 14:7-8).

2. El Propósito del Dueño

A partir de Génesis 1:27 se ve que Dios quiere que el hombre utilice todas las cosas que le ha dado, para elevarse a sí mismo y para que glorifique a su Creador; o sea, para que use todas las cosas, acordándose de que Dios es el dueño de ellas.
El hombre es la creación más sublime de Dios. El resto de la creación fue hecha para que el hombre la utilizara para su bien. So · Es el Creador de todas las cosas (Génesis 1:1).
· La Biblia dice que él es el dueño de la tierra y su plenitud (Salmo 24:1).
· Dios mismo afirma que la tierra es suya (Levítico 25:23).
· Dios es el dueño de la vida del animal (Salmo 50:10-12).
· De Dios es toda riqueza mineral (Hageo 2:8).
· Dios es quien da todo bien (1 Corintios 4:7).
· Dios es la fuente de toda buena dádiva (Santiago 1:17).
· Dios es el administrador de las riquezas (Deuteronomio 8:18).
· Además de haberlo creado, Dios ha redimido al hombre. (1 Corintios 6:20; 1 Pedro 1:18-19; Romanos 14:7-8).

2. El Propósito del Dueño

A partir de Génesis 1:27 se ve que Dios quiere que el hombre utilice todas las cosas que le ha dado, para elevarse a sí mismo y para que glorifique a su Creador; o sea, para que use todas las cosas, acordándose de que Dios es el dueño de ellas.
El hombre es la creación más sublime de Dios. El resto de la creación fue hecha para que el hombre la utilizara para su bien. Solamente el pecado puede estorbar este propósito, y  lamente el pecado puede estorbar este propósito, y éste entró por la voluntad del hombre. Mientras que Adán y Eva obedecieron a Dios, usando la creación, vivieron felices y en paz; pero cuando le desobedecieron usando mal el fruto del árbol del bien y del mal, pecaron y tuvieron como resultado la vergüenza. Esto no ha cambiado hoy en día. Dios bendice al hombre que utiliza la creación conforme a su voluntad, pero quien pervierte el uso adecuado de la propiedad del Señor, provoca su ira.
Este principio no es solamente para las cosas materiales, sino para toda buena dádiva que provenga de Dios. Cada dádiva tiene un propósito divino, busquemos ese propósito.

En Hechos 1:8, por ejemplo, Cristo les dijo a sus discípulos que recibirían el poder del Espíritu Santo para poder ser testigos suyos. En (1 Corintios 12:28-30), se muestra diferentes dádivas de Dios, pero hay un mejor camino: el amor (1 Corintios 13). Recordemos que el propósito de Dios con lo que nos ha dado es que todo lo que hagamos sea para la gloria de él.

3. Lo que hace el dueño absoluto

3.1. Pone al alcance del mayordomo todo lo necesario (Génesis 1:28)

Nadie llama a otras personas para que trabajen, sin darles lo necesario para ello. Así mismo, Dios ha puesto sobre la tierra todos los elementos necesarios para desarrollar cualquier obra que a él le agrade. Dios le da a cada persona la capacidad para hacer su parte en ella. Dios nos ha dotado de talentos, habilidades y capacidades, pero debemos cultivarlas.

3.2. Vigila el uso que se hace de todas sus cosas (Salmo 33:13-15)

Dios no hace menos de lo que hace un comerciante o fabricante. Vigila las operaciones diarias, sin que nada escape de su vista, Dios es omnisciente. Podemos esconder cosas de nuestros jefes, pero de la vista de Dios nada se escapa. Dios conoce los intentos de nuestra mente, mira el corazón. Cristo pudo revelar a los fariseos todo lo que pensaban. No nos engañemos Dios sabe y ve cuando malgastamos el dinero y cuando lo invertimos para su gloria.

3.3. Pide cuentas (Mateo 25:19)

Este pasaje enseña claramente que el hombre que recibe algo, tiene que dar cuenta de la forma en que lo ha usado. Quien ha hecho buen uso, espera con gozo y paz ese momento, pero el flojo o deshonesto espera con temor ese día.

3.4. El dueño le debe quitar sus bienes al mayordomo infiel (Mateo 25:14-30)

El mal uso de los bienes del Señor, provocan su desagrado y él toma medidas al respecto.

3.5. El Dueño debe premiar al siervo fiel

Lo que Dios premia es la fidelidad. En la parábola se le dio a cada uno según sus facultades: a uno cinco a otro dos. El de cinco ganó cinco y el de dos ganó dos. Cuando se les pidió cuentas, premió igualmente a los dos, porque fueron igualmente fieles en su tarea. Dios espera que hagamos conforme a nuestras facultades; cumpliendo nuestro deber gozaremos tanto del premio, como aquellos que han hecho lo mejor posible con sus habilidades mayores.

Aplicación Teoterápica

Aunque podemos ser poseedores de muchas cosas, ninguno de nuestros bienes significa tanto como lo que vale nuestra vida para Dios. Ninguna riqueza nos puede dar la seguridad y protección que puede ofrecernos el Soberano-Dueño de todo. Hoy es preciso reflexionar sobre la confianza que hemos depositado en los bienes que poseemos y si en verdad consideramos a Dios el Dueño absoluto de nuestras vidas talentos y pertenencias. Él es el dueño, él es quien da y quita.





































Publicar un comentario

0 Comentarios