ENCUENTRO CON LA AUTORIDAD DE DIOS

 


INTRODUCCIÓN

El proceso de formación al que fue sometido David nos permite abordar el tema del conocimiento de la autoridad de manera clara. Como sabemos, Dios escoge a David de entre los hijos de Isaí, y a través de Samuel lo unge como Rey. Al poco tiempo, David protagoniza la muerte de Goliat, hecho que sumado a otras victorias que Dios le dio sin estar reinando todavía, y la certeza de que éste era el ungido y escogido de Dios para sucederlo en el trono, generó en Saúl un sentimiento de envidia, que lo llevó a comenzar una búsqueda implacable para acabar con su vida.

Una de estas arremetidas se da en el desierto de Ein Guedi, donde coinciden David y Saúl en la misma cueva, en un momento de descanso. El contexto le daba clara ventaja a David sobre Saúl, y la victoria no se habría hecho esperar para él, pero su conocimiento de la autoridad era tan increíble que no sólo, no se atrevió a hacerle daño, sino que incluso se turbó su corazón por haber cortado el borde de su manto (1 Samuel 24:5).

En los siguientes puntos estudiaremos algunas enseñanzas que nos deja la vida de David, particularmente, en su encuentro con Saúl en Ein-Guedi.

1. La soberanía de Dios y la autoridad

David sabía que había recibido la unción de Dios a través de Samuel para ser rey de Israel, pero no permitió que esta verdad se le subiera a la cabeza y no fue soberbio. Ante la situación que enfrentó en la cueva no se planteó “ayudar” a Dios un poco para acelerar el proceso, a pesar de que sus hombres le insistían: “Dios quiere que tú seas rey, Dios te lo ha puesto aquí, levanta tu mano contra él, que nosotros te apoyaremos”. Pero David confiaba en el método de Dios, y respetó su soberanía en los tiempos y en las formas; y no sólo la entendía él, sino que también transmitía a sus hombres este conocimiento (1 Samuel 26:10-11a).

Comprender la soberanía de Dios es entender que el tiempo y los métodos le pertenecen a él. La soberanía de Dios supone que el hombre debe entender que no puede intervenir, sino dejar que Dios haga lo que ha decidido, cuando Él quiera y como Él quiera.

2. La correcta relación con la autoridad

David se refiere a Saúl como “mi señor, mi rey, mi padre”, sabe que es el ungido de Dios (1 Samuel 24:1). Nuestra relación con la autoridad es un reflejo de nuestra relación con Dios; David comprendía que Dios es perfecto, y que Saúl estaba lejos de serlo, e incluso ya había sido desechado, pero él lo veía como el ungido, y confiaba en que Dios no se estaba equivocando en la autoridad que le había delegado, y por esto procuró honrarlo hasta el último momento a través del respeto y consideración.

3. Los errores de la autoridad prueban el corazón

Saúl se concentra en buscar a David porque lo considera su enemigo y se olvida de los filisteos, el pueblo que oprime a sus gobernados, y contra los que enfrentan batalla. Esto es claramente un error, pero no es el punto en el que vamos a profundizar, sino que es importante ver que David no tuvo en cuenta este hecho a la hora de honrar y respetar a su rey. Del mismo modo, Dios prueba nuestro corazón enfrentándonos a situaciones en las que es evidente que nuestras autoridades han fallado, por ejemplo, cuando se equivocan nuestros líderes o nuestros padres. Sin embargo, no nos ha sido dado el derecho de juzgarlos; es necesario que guardemos el corazón y no divulguemos los errores de quienes tienen autoridad sobre nosotros. Se trata de honrarlo en todo momento, y de orar a Dios, pidiéndole que sea él quien actúe y corrija lo deficiente en ellos (1 Samuel 24:12 y 15)

4. Quien entiende la autoridad es leal

En 1 Samuel 26:23 Saúl llama leal a David. Tengamos presente que la lealtad está relacionada con la visión y la diligencia, y David no sólo respetó la autoridad de Saúl en toda situación, sino que siempre fue leal y diligente, lo cual no se veía en ninguno de sus guardias. En primer lugar, ninguno veía a Saúl como lo hacía David (como señor, como padre y como rey). En segundo lugar, no eran diligentes, pues su labor era protegerlo, y David pudo matar a Saúl en al menos dos ocasiones. Así que en este contexto aprendemos de David, no sólo la fidelidad a Dios, sino también la lealtad extrema con quien representaba su autoridad. Muchos podemos afirmar que somos fieles a Dios, pero él también ve la lealtad que procuramos tener con aquellos que han sido puestos por autoridad en nuestras vidas.

5. Quien entiende la autoridad no cuestiona a Dios

La voluntad de Dios prevaleció sobre la vida de David, porque él tenía clara su soberanía y justicia, y la importancia de la unción que había sobre Saúl (1 Samuel 26:23 y 25); por esta razón emprendió cosas grandes. Los hijos de Dios difícilmente tienen este empuje de emprender grandes proyectos, porque cuestionan todas las cosas. Una cosa es preguntar, otra cosa es cuestionar. David seguramente tenía muchas preguntas, pero él nunca cuestionó a Dios; tampoco su voluntad, ni siquiera cuestionó el reinado de Saúl. Así David demostró que confiaba plenamente en la voluntad de Dios para su vida.

APLICACIÓN TEOTERÁPICA

La vida de David es un desafío en muchos aspectos, y de manera particular, es un modelo para quienes anhelan establecer el reino de Dios en medio de sus corazones, a través de la compresión de la manera de relacionarse con la autoridad de Dios.
Es evidente que David tuvo un encuentro sobrenatural con la autoridad de Dios, lo cual le permitió someterse de manera absoluta, sin importar la condición de sus superiores.


















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