UN PUEBLO PROTEGIDO POR DIOS


INTRODUCCIÓN: La protección del Señor es una manifestación de su amor paternal. Su Presencia nos acompaña siempre y está a nuestro alrededor, aunque la mayor parte del tiempo lo ignoramos o no somos conscientes de su cuidado. Oseas 11:3

1. DIOS NOS CUBRE CON SU MANO PROTECTORA

1.1 Él no desampara la obra de sus manos; está siempre dispuesto a protegernos en cada paso que damos. Isaías 41:10

1.2 El Señor nos cubre con su mano, nos rodea y nos defiende. Tampoco podemos huir de Él, pues nos acompaña en todo tiempo, y en todo lugar. Salmo 139: 5

1.3 Él es nuestro fuerte castillo y nuestro alto refugio. Un castillo y un refugio son lugares que representan seguridad. La presencia del Señor es nuestro refugio seguro. Salmo 18:1-2

1.4 No podemos permitir que en nuestras vidas afloren sentimientos de orfandad o de desamparo, porque tenemos un Padre que nos cuida; con un corazón rebosante de amor. Oseas 11:8

2. DIOS NOS CUIDA COMO AMOROSO PASTOR

2.1 Como ovejas necesitamos el cuidado de nuestro Pastor: Las ovejas son dependientes e incapaces de valerse por sí mismas; no están habilitadas para defenderse, por lo cual son presa fácil de los depredadores; si caen, no pueden levantarse solas. Por eso es vital para ellas, la dependencia total de su pastor. Isaías 40.11

2.2 Ante nuestra fragilidad, precisamos depender de nuestro Pastor, quien asevera que en Su mano, podemos estar seguros y confiados. Juan 10:27-28

2.3 Muchas veces pasamos por alto nuestra necesidad de permanecer bajo el cuidado Divino, y nos creemos muy fuertes y capaces. Invertimos mucho tiempo tratando de vivir independientes de Dios, de valernos por nosotros mismos, pero olvidamos, que separados de Él, nada podemos hacer.   I Samuel 2:2

3. DIOS NOS PROTEGE BAJO SUS ALAS DE AMOR

3.1 La Palabra de Dios nos describe Su protección, de una forma muy clara y comprensible, refiriéndose a ella como las “alas de Dios”. Salmo 36:7

3.2 Estar bajo la protección del Señor, es buscar refugio bajo Su sombra, colocarnos bajo sus amorosas alas. Necesitamos dejar de buscar refugio en alas frías y rotas, que no pueden cubrirnos, porque son alas humanas. Las alas del Señor son completas; nos dan calor cuando el frío de la soledad y de la tristeza nos invade; nos dan frescura, cuando los afanes de la vida nos vuelven presurosos o ansiosos. En ellas también somos amparados contra el mal. Salmo 17: 8

3.3 Habitar bajo su abrigo nos permite no sólo estar seguros, sino estar muy cerca de nuestro Protector. Salmo 91:1

3.4 Un sentimiento muy común en nosotros, es el temor. El Señor nos reitera muchas veces en su Palabra, que si confiamos en Él, podemos vencer el temor. Tenemos un Dios que nos cuida y nos defiende, que nos brinda paz y seguridad.

4. DIOS NOS GUARDA Y NOS DIRIGE

4.1 La protección Divina implica también su dirección, por esto, debemos pedirle “camino derecho”, su guía en todas nuestras decisiones. Esdras 8:21

4.2 Todos anhelamos ser amparados por el Señor, pero también necesitamos tener su guía en todo lo que hacemos. El salmista David, elevaba su alma al Señor, clamando por protección, pero a su vez, pedía ser dirigido por Él. Salmo 25:1, 4-5.

4.3 El Señor también es nuestro escudo. Un escudo implica cobertura y protección; es un arma defensiva, porque Él nos defiende con Su poderosa mano y con Su brazo extendido. No sólo se opone a la acción de nuestros adversarios, sino que nos protege del mal. Salmo 3:3

APLICACIÓN TEOTERAPICA

Es vital que tengamos la seguridad de que el Señor nos rodea y nos cubre con su mano. Podemos vivir confiados en nuestro guardador, quien nunca duerme, porque está pendiente de nuestras necesidades, en todas las áreas. En los detalles más elementales podemos apreciar sus cuidados paternales y el amparo de sus eternos brazos. Deuteronomio  33:26-27ª




















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