VENCIENDO EL MENOSPRECIO

                                                    



Introducción: David es enviado por su padre para saber cómo estaban sus hermanos y llevarles provisión. Se da cuenta de lo que está ocurriendo, y siente celo de que un filisteo se atreva a desafiar al ejército del Dios viviente. David era un sencillo pastor de ovejas y comenzó a indagar. (1 Samuel 17:17-18, 26-28)

1. David enfrentó el menosprecio de diferentes personas.

1.1 Su propia familia, su hermano que no solo lo menosprecio, sino que lo quiso hacer sentir culpable. (I Samuel 17:28).

1.2 El rey Saúl y su ejército, quienes dudaron de su capacidad. (1 Samuel 17:33)

1.3 Goliat que lo insultó y amenazó. (1 Samuel 17:42-44)

2 ¿Cuántas veces, hemos tenido que enfrentarnos a este gigante? cuando nadie parece creer en nosotros, somos subvalorados, menosprecian nuestras capacidades e ideas, aun generando culpas, y nos quedamos escuchando estas voces dejando de lado nuestros sueños y aspiraciones.

3 Como vencer este gigante: David aprendió a conocer a Dios como su pastor y a verse a sí mismo como oveja. Veamos como enfrento el menosprecio:

3.1 Estar seguros de estar haciendo la voluntad de Dios: Ante el menosprecio de su hermano, no presto atención a sus reproches. Tenía claro que su padre lo había enviado y su Padre Dios también lo había llevado con un propósito. Debemos estar seguros que lo que hacemos es conforme a la voluntad de Dios, para que hagamos caso omiso de palabras necias. (1 Samuel 17:29-30)

3.2 Estar seguros de la ayuda Divina: Ante el rey y su ejército, sobrepone lo que ha vivido con Dios y se ofrece para ir a pelear contra el gigante. Si estamos seguros de la ayuda de Dios, nos apoyaremos en ella. (1 Samuel 17: 32-40)

3.3 Apropiar los recursos que Dios nos ha dado: Ante Goliat, David se apropió de los recursos que Dios le había provisto como pastor de ovejas y le dejó claro al gigante que él no iba por su propia cuenta sino en el Nombre de Dios. Tenía claro que era Dios quien hacia todo a través de él y por eso tenía la seguridad de salir vencedor. De igual manera nosotros debemos estar seguros del Dios que tenemos y que nos fortalece para hacer lo que Él quiera en nuestra vida. (1 Samuel 17:40, 45-47).

Aplicación: Cuando tenemos la certeza de quien es Dios, y sabemos que es nuestro Padre Todopoderoso, que nos cuida como el pastor a sus ovejas, entonces ningún menosprecio hará mella en nuestro corazón. El tener claro quiénes somos para Dios, es lo importante. Saber que contamos con la compañía de su Santo Espíritu y que Él se ocupa de nosotros y nos da la victoria, porque somos como la niña de sus ojos (Zacarías 2:8).









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