AJUSTES QUE TRASFORMAN



Todo comienza con un poco de separación: de lo que no conviene, de la tierra, todo lo hacemos como lo hace el mundo, pero no como Dios quiere y como conviene. Apartarse de la orilla tiene que ver con estar cerca de la orilla, no haber comenzado un proceso de manera correcta o ya cree haber terminado, pero sin fruto, sin resultados.

Estar a la medida de Dios implica hacer los ajustes necesarios para disfrutar de esa vida que ha diseñado para nosotros, viviendo bajo sus parámetros de bendición. Esto, implica salir de nuestros propios límites y ubicarnos en la gloria de Dios

LUCAS 5:1-11

1.La medida de nuestra humanidad

- Los discípulos habían descendido. El bajarse, el quitarse, el abandonar, pero manejando el pensamiento o el sentimiento de haber fracasado. El querer huir sin haberlo aún intentado. ¿Cuántas cosas ha hecho pero que no han servido?

- Lavaban sus redes: No fueron útiles para la pesca, pero si se habían ensuciado, se les había pegado cosas inservibles, que por el contrario si las podrían dañar. Uno de los problemas de la frustración es que cuando nos sentimos así es porque sufrimos por la pérdida, pérdida de todo lo que dejamos de recibir por no trabajar en ello, por el miedo, por el conformismo, por la dureza, por el orgullo. 

- Es necesario permitirle a Jesús entrar en su barca, en su vida, en su casa, en su negocio. El no viene a tomar el control, el control lo debe tener usted; allí va a pasar solo lo que usted quiera que pase, lo que usted permita que pase. Jesús entra en su barca para darle su presencia, su dirección. Tome la decisión de seguir su instrucción, de obedecer su palabra; usted puede tener muchas razones “toda la noche”, pero trascienda sus propias razones “en tu palabra”, decida hacerlo a la manera de Dios. No suelte el timón, usted sigue siendo el responsable de la barca, compórtese como dueño y no como víctima, no como lisiado. Su derrotero de vida, su carta de navegación ¿corresponde a su proyecto de vida?

- Bogar mar adentro. ¿Entiendo el significado de bogar mar adentro? Vivimos tiempos de superficialidad, aun en la fe, tiempos de inmediatez, tiempos de facilismo, queremos que el matrimonio sea fácil. Que la crianza sea fácil. Bogar mar adentro es dejar la aparente seguridad que promete la orilla. En la orilla encuentro a Jesús, pero debo tomar el riesgo de permitirle que me conduzca a mar adentro. No tema al riesgo porque con El a su lado el final es lo que esperamos, estaremos retozando en la orilla de nuevo, pero tomando decisiones con Jesús a nuestro lado, decidiendo por Jesús, teniendo la bendición y además un gran propósito. La orilla no es mala, solo que esto lo determina sus condiciones de vida, si está en la orilla cargado de bendiciones o si está en la orilla frustrado, en el punto de partida y sin haber conseguido nada. 

2. A la medida de Dios

Cuando Pedro sale a pescar y fracasa está sin el Señor. Cuando consigue la bendición es porque la presencia de Dios está con él, porque el respaldo de Dios está con aquel que le toma en serio en lo que dice y le obedece.

- La derrota de toda una noche, de muchas noches quizás, se cambia por una mañana radiante con abundancia de bendición.

- Eche la red para pescar. Quizás no es que no lo haya intentado, solo es que lo está haciendo en sus propias fuerzas, solo basado en su experiencia, solo con lo que conoce, solo con su limitación. Recuerde: usted no puede controlar todos los factores, uno no puede controlar otras vidas, uno no puede controlar el comportamiento de otros. El echar la red para pescar es necesario hacerlo en el momento oportuno, después de haber bogado mar adentro, en el momento y punto preciso, cuando haya leído la carta de navegación que Dios tiene para usted. 

- No puedo pretender recoger el fruto cuando no he trabajado por ello, o no he hecho lo suficiente. Si pretendo pescar llevando las cosas a mi manera, haciéndolo a mi ritmo, lo más seguro es que vuelva a fracasar.” En tu palabra echaré la red” quiere decir a tu manera, según tu voluntad que es agradable y perfecta. Si lanza la red antes de que sea el momento se va a cansar, se va a desalentar, se va a frustrar por no conseguir el resultado. ¿Usted ha bogado mar adentro, ha emprendido, ¿lo está haciendo como corresponde? 

- No se canse de hacer lo bueno, no desista, no se desanime.

- Habiéndolo hecho. No lo dieron por hecho, no lo dejaron a medio hacer, no creyeron que las cosas se resolvían solas. Asumieron compromisos, realizaron las acciones efectivas.

- La red se rompía: No es literal, daba la impresión de que se estaba rompiendo, sino se perdería la pesca. Pero que experimentemos la abundancia de la bendición en sanidad, restauración, prosperidad. Dios siempre quiere darnos conforme a la multitud de sus riquezas en gloria. No piense en poco, no pida menos, piense en grande.

- Hicieron señas a los compañeros de la otra barca: En la otra barca no estaba pasando nada, la misma carencia, la misma realidad; sin resultados y sin fruto. Allí no va Jesús, allí no hay dirección, ni instrucción; solo resignación.

- Pero en la barca donde se le da el lugar a Jesús, ahí está la respuesta. Los demás viene y desde aquí se suple su necesidad. Sí, son bendecidos, pero lejos de la vivencia, lejos de los detalles. Lo natural es querer esa vida de fruto, pero sin esfuerzo, sin obediencia, sin recorrer el tramo que se tiene que recorrer.

- De tal manera que se hundían: Se hunden en el peso de gloria, es el resultado de la bendición, no una amenaza de tragedia. Que es lo que lo está hundiendo a usted, ¿qué es aquello que lo ha traído hasta el fondo? ¿Se sumerge usted en las dificultades o en la gloria de Dios?


Aplicación Teoteràpica

Ninguno tuvo la misma visión de Pedro a cerca del Señor. Todos quedaron obnubilados por la pesca milagrosa, pero no habían sido impactados por el Señor. Solo Pedro es consciente de su condición, de su necesidad.


Pedro antes solo vivía por los peces, ahora encuentra un propósito: Personal, familiar. Cuando la familia es parte del propósito, del proyecto de vida. Pero el que otros vengan a nuestra barca también es parte del propósito. Es necesario seguirle, vivir una vida de consagración.






















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