LA IMPORTANCIA DE CREER




INTRODUCCIÓN

Ante la realidad de un mundo tan cambiante una de las cosas a las cuales nos enfrentamos los hijos de Dios es la de mantener la capacidad de creer a pesar de las circunstancias.

A diario encontramos que personas en los hospitales mueren, pero hay casos de alta gravedad en los cuales los pacientes se recuperan. Hay equipos con grandes figuras pero no triunfan y otros que aparentemente no tienen la capacidad de vencer lo hacen. Claudio Bristol, periodista, algún día que hizo investigaciones notó esto y se preguntaba a qué se debía eso. Luego de un análisis, descubrió que esto estaba muy ligado al convencimiento, a la confianza, a la fe que se poseía.

DESARROLLO

Esto, muchos años atrás lo decía Jesús “… Al que cree todo le es posible (Marcos 9: 23)". Efectivamente, el que puede confiar en los hombres y obrar armoniosamente con ellos; y sobre todo, quien puede confiar en Dios para lanzarse a grandes empresas, encontrará un mundo de maravillas delante de sí.

1.     Quien cree, no desmaya. Mientras el incrédulo se desespera ante la prueba y el dolor, el corazón del creyente alienta la esperanza de una solución divina. Cuando todo parece fracasar y el desaliento paraliza la mente, el que confía en Dios jamás desmaya “… Mas el justo, por su fe vivirá.” (Habacuc 2; 4).

2.     Quien cree, ve. "No lo veo, pero lo siento", decía un niño un día que estaba elevando una cometa, cuando un hombre le preguntó: ¿qué haces? Estoy haciendo volar mi cometa. Aquel hombre le dijo, cómo lo sabes si las nubes no te la dejan ver; A lo cual el niño contestó: "Es cierto, no la puedo ver pero sé que está allá arriba porque la siento, y a cada momento da como unos tironcitos". Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.” Marcos 9:23.

3.     Quien cree, ve la otra orilla. La actitud sabia es admitir que en la medianoche del alma, sólo el mantener viva nuestra fe nos ayudará a sobrepasar esos momentos. Cuando aprendemos a creer independientemente de las circunstancias, veremos la otra orilla en medio de la inmensidad. Entonces Jesús le dijo: Si no viereis señales y prodigios, no creeréis.Juan 4:48.

4.     Quien cree, tiene vida. “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él. Juan 3:36.

5.     Quien cree, soporta la prueba.  Día tras día, los seres humanos nos vemos enfrentamos a diferentes situaciones, a veces, el dolor del alma puede ser tan intenso, o la angustia del corazón tan desgarrante, que no sabemos para dónde ir ni qué hacer. La confusión y la desorientación nos dejan postrados, y la razón queda impedida de tomar una decisión inteligente. Aquel que cree puede sobrepasar la adversidad porque tiene los ojos puestos en el autor y consumador de la fe, “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.” Hebreos 12:2.

6.     Quien cree, prueba. "¡Esto no es para mí¡ ¡yo no podría hacerlo¡" Así piensa a menudo la persona negativa que, frente a una buena oportunidad, en lugar de probar se da por vencida de antemano. Cuántos que hoy se lamentan por su fracaso, en su momento rechazaron probar algo nuevo que se les proponía. Y con el correr de los años siguieron desechando una oportunidad tras otra, y hoy son lo que fueron siempre: mediocres, temerosos y negativos.

Abraham creyó y se lanzó en fe al proyecto que Dios le propuso, Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido; por lo cual también su fe le fue contada por justicia.“ Hebreos 4: 20-22

APLICACIÓN TEOTERÁPICA

Así es en la vida, a Dios no lo podemos ver, pero, estamos ligados a él por el hilo vital de la fe. Y mientras ese hilo no se corte, nuestra conexión con Él puede ser tan real como si nuestra vista captara su presencia física, lo sentimos a nuestro lado, eso  dará a nuestra fe una gran estabilidad.

Seamos de aquellos que no vacilamos en creer y así probar, esforzándonos y saliendo adelante. Como lo demostró el sabio Champollion en su arduo trabajo de interpretar los antiguos jeroglíficos egipcios. Muchos otros antes que él habían fracasado en la tarea de traducir la inscripción del obelisco de Luxor, construido por Ramses II, y que hoy se encuentra en la plaza de la Concordia, en París. Sin embargo, Champollion hizo la prueba, y con una perseverancia verdaderamente admirable continuó investigando. No hizo caso a todos los que lo desanimaron. Consagrado por entero a la tarea, finalmente el 17 de diciembre de 1882 presentó la solución completa del problema. Los otros dijeron no, Champollion dijo sí. Probó y triunfó.

¡PROBAR! Esa es la palabra. Adentrémonos en la fe en Dios con ansias de probar sus benéficos efectos sobre el alma. Y cuando la estemos cultivando con sinceridad y disfrutemos la nueva vida que sólo ella es capaz de dar, quedaremos extasiados de alegría. Este año nos invita a creer.
“Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.” Romanos 10:17

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