INTRODUCCIÓN
En repetidas
ocasiones podemos pensar que las circunstancias del momento justifican la
pérdida del propósito para vivir y olvidamos que nuestra fuente inagotable de
vida, nuestro Buen Dios, siempre está listo para llenarnos permitir que
encontremos plenitud y vida.
1. EL ESCENARIO
REAL DE ANA
•
Era estéril y cada año vivía su confrontación con su rival
(Vers.3)
•
Participaba de los mismos actos solemnes a su vez
compartiendo las ofrendas (Vers.4)
•
Irritable, triste, depresiva, inapetente (integralmente
enferma) (Vers.6)
2. LAS
CIRCUNSTANCIAS PROYECTAN NUESTRO UNIVERSO INTERNO
•
Sentimientos de baja autoestima: se sentía en condición
desfavorable
•
Estado emocionalmente variable: enojo, irritación, tristeza
•
Sentimiento profundo de fracaso: temor a perder a su esposo,
tristeza al no poder dejar legado ni descendencia
• Su corazón distante de Dios: Entregaba ofrenda a Dios, pero
su corazón no era entregado al Señor.
3. HAY QUE
TOMAR UNA SABIA DECISIÓN (Vers. 8-10)
•
Ningún nexo por legítimo que sea, sustituye a Dios.
•
Ninguna bendición sustituye al dador.
•
Levantarnos sin contiendas.
•
Acudir a quien tiene la respuesta integral.
•
Sencillamente acudir sin reparar, como esta su estado actual.
•
“Si te dignares” a pesar de sentirse que no merecía.
•
“Si te acordares” a pesar de su reclamo.
•
“Si no te olvidares” aunque se sienta olvidado a Dios.
4. LA
RESTAURACIÓN ES SOMETIDA A PRUEBA Y LOS EFECTOS SE
MANIFIESTAN (Vers. 14-28)
•
Cuando su interior está bien mi comportamiento y actitud son
acertadas (Vers. 14-16)
•
Recibe bendiciones (Vers. 17)
•
Se levanta a adorar a Dios (Vers. 19)
•
Cumple al Señor conforme a su voto (preparó la ofrenda que
tanto esperó, la vida de su hijo)
•
Dios le multiplica esta siembra (Vers. 2:20-21)
APLICACIÓN TEOTERÁPICA
Es necesario
aprender que ante la dificultad, por muy dolorosa que ésta sea, no me puedo
apartar inconscientemente de Dios, debo despertar en buena conciencia a buscar
a Aquel que dispuesto está para darme su amor y su gozo, vivificando mi
espíritu para disfrutar de la vida fructífera que Él diseño para mí. Las
circunstancias difíciles no pueden convertirse en la excusa para vivir una vida
equivocada, miserable o de fracaso, sino en la oportunidad, que de la mano de
Dios y en dependencia de Él, podamos crecer y avanzar a cosas mejores.
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