CENACULO





Es el lugar de Jerusalén donde Jesús cenó con los apóstoles la última cena de su vida, antes de morir en la cruz. Es también el lugar donde se reunían los apóstoles después de la resurrección de Jesús y donde se encontraban durante el Pentecostés.


Era una casa con amplias salas en la ciudad de Jerusalén y pertenecía a un amigo de Jesús. Tenía dos salas:

Una planta baja, utilizada para las oraciones y/o para momentos instructivos.

Una planta alta, utilizada para comer.

Introducción 

La Santa Cena viene de la tradición judía. Tiene su origen en el Cordero Pascual que Moisés ordenó a las familias Israelitas en Egipto. Debían untar con la sangre de un cordero, la puerta de la casa, la noche en que Dios dio muerte a todos los primogénitos de Egipto. Es costumbre de cada familia judía cenar cordero y pan para recordar esta gran liberación.

Este mandato fue instituido por nuestro Señor Jesucristo, en una conmovedora circunstancia, la noche de la pascua cuando fue traicionado para que se observase por sus discípulos hasta la segunda venida. El pan y el vino, símbolo de su cuerpo maltratado y de su sangre derramada por nuestra redención, tienen que ser probados por todo aquel que participa en la cena, para conservar la memoria de aquel gran sacrificio como fundamento de todas nuestras esperanzas (Mateo 26:17-29).

La Santa Cena, señal del Nuevo Pacto (Hebreos 9:13-15)

Jesús le dio a la pascua un significado diferente. El pacto en Egipto era a través de la sangre de un cordero; el nuevo Pacto se realiza a través de la sangre de Cristo. Antes se hacia memoria de la salida de Egipto ; ahora, se hace memoria de Jesús y su obra en la cruz. La Santa Cena es memorial del Nuevo Pacto en Cristo. La Pascua, en el Antiguo Testamento, era sólo para los que formaban parte del pueblo de Israel. La cena del Señor Jesús es para todo su pueblo. (la iglesia)

La Santa Cena y su valor Gran Comisionista (1 Corintios 11:26)

La esperanza del discípulo está en las palabras de Jesús: “ Y os digo que desde ahora no beberéis más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba de nuevo con vosotros en el reino de mi Padre” (Mateo 26:29). Sin embargo, lo que el Señor Jesucristo quiere y espera de nosotros es que mantengamos una comunión permanente con Él. Por eso, dice: “Cenaré con él y él cenará conmigo”. Al comer permanentemente de su cuerpo y beber de su sangre, se está cumpliendo en nosotros el principio de vida intercambiada (Galatas 2:20)

El lavatorio de los pies Es el gesto que hizo Jesús en la Última Cena.

Lavar los pies a otras personas, era una de las tareas más comunes en aquella cultura, por usar sandalias y solo existir caminos polvorientos de tierra. El lavado de los pies a los invitados a la mesa, era una tarea realizada por un esclavo, tarea poco atractiva que se ofrecía por el anfitrión a sus invitados, los medios de transporte eran camellos, mulos, caballos y asnos; aunque primordial mente se realizaba caminando.

El Señor Jesús lavo los pies a sus discípulos para enseñarles acerca del Amor, del Servicio y la Humildad.

Mientras estaban cenando, Jesús se levantó de la mesa, se quitó el manto y se ciñó una toalla, echó agua en una palangana y se puso a lavar los pies a sus discípulos (Juan. 13, 2-5).