SUBAMOS DE AÑO EN AÑO PARA ADORAR AL GRAN REY


Y todos los que quedaren de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año a adorar al Rey, al SEÑOR de los ejércitos, y a celebrar la Fiesta de los Tabernáculos. Y acontecerá, que los de las familias de la tierra que no subieren a Jerusalén a adorar al Rey, el SEÑOR de los ejércitos, no vendrá sobre ellos lluvia.   Zacarías 14:16-17


      Introducción

Como hijos de Dios estamos llamados a subir a Jerusalén para adorar al Rey, para así    experimentar    la  unción permanente en nuestra vida y venga sobre nosotros lluvia    temprana y tardía.

El    Deleite de Subir a Sion

Yo me alegre con os que me decían: A la casa de Jehová iremos .     Salmo 122:1

Deleite>> tiene que ver con disfrutar permanentemente una visión que proviene de Dios. El  deleite no es un sentimiento pasajero o puntual, tampoco depende de situaciones o circunstancias externas. El deleite es la verdadera alegría que produce el Espíritu Santo en nuestra vida, fruto de la relación íntima con Dios, quien claramente revela a nuestro corazón sus propósitos llevándonos a anhelar vivir en y para ellos. Subir a Sion. Se convierte en deleite permanente, una vez que ha sido revelada a nuestro espíritu en él <<Cara a Cara>> con Dios. 

1.El ejemplo de David y su amor por Jerusalén  (Salmo 137:5-6).

Para David,   Jerusalén  era algo  más  que su ciudad, la  capital y el símbolo de consolidación y la prosperidad de su reino.  Para   David Jerusalén   significaba  la    ciudad   del   pacto   de   Dios y   donde El había   prometido   que   su   presencia estaría   para    siempre. (1 Crónicas 17:21-27). Es   por   eso   que  Jerusalén   se    convirtió en  la  permanente  razón  de su alegría  y  objeto  de  sus   cantos.

Recordemos que las  visiones  de  Dios  no  son para olvidarlas sino para permanecer en ellas Y llegar  a  convertirlas en el motivo diario de nuestra alegría.

  2.  Para David Jerusalén también significaba "La tierra de la Esperanza" (1 Crónicas 17:16-20).

Haber llegado a Jerusalén significaba para David entender los hechos prodigiosos de Dios sobre su vida, transformándolo de un sencillo y humilde pastor de ovejas a Rey de su Pueblo. Significaba reconocer con profunda gratitud  y adoración  a Dios, su misericordia y el amor que había derramado sobre su vida. De la misma manera para nosotros significa reconocer que tenemos una vida nueva. Tal como dice Ezequiel 20:6, es entender que hemos dejado la esclavitud de nuestro pasado, de nuestros propios esquemas y paradigmas y hemos pasado la libertad, a disfrutar la provisión de vida abundante y salud total en Jesús. Quien vive esta realidad, permanecerá entusiasmado con el anhelo de subir a Jerusalén y toma acción para lograrlo  y descubrir en sus calles y sus rincones la libertad y la paz prometida por Dios en su palabra.


3.   El Ejemplo de Abraham y su actuar por Fe

Para Abraham, Sion significo a promesa de Dios de bendecirlo y el más grande motivo para obedecer permanentemente a su mandato. El no pensó dos veces en marchar a la tierra que Dios le había revelado. Por el contrario una ves escucho su vos, emprendió largo camino, deleitándose y confiando diariamente por recordar que era fiel el que lo había prometido (Hebreos 12: 8,11). Abraham no se quedo solo con el anhelo; el emprendió la marcha, actuó. Recordemos que l entusiasmo esta directamente relacionado con la acción, solo quien cree actúa y quien actúa vera la visión convertida en realidad.

Aplicación Teoterapica

Nuestro amor por Jerusalén debe ser el motor de nuestro entusiasmo para anunciarla. Debe ser un amor que no mengue ni se detenga ante nada, esto nos llevar a colocar nuestro empeño y oración por  verla rendida a los pies de Jesús por visitarla y por llevar a otro a ese lugar.  


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