RECONCILIÁNDONOS CON DIOS






De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios” (2 Corintios 5:17-20)


“Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación." (Romanos 5:10-11)


El término griego usado, tanto en 2, Corintios 5:17-20, como en Romanos, 5:10-11, es “katallaso”.  La palabra originalmente quería decir “cambiar dinero”. Gradualmente adquirió el significado de “cambiar totalmente”.  En el sentido bíblico, significa: “cambiar”, “intercambiar”, “restablecer”, “restaurar relaciones”, “enderezar las cosas”, “quitar una enemistad”. Este término describe el restablecimiento de una apropiada, amorosa e íntima relación, la cual ha sido rota e interrumpida.  El hombre estaba en enemistad con Dios y le había dado la espalda a él.  Dios nunca necesitó reconciliarse, el hombre sí; sin embargo, fue Dios quien tomó la iniciativa y nos reconcilió consigo mismo, a través de la vida, la muerte y la resurrección de su Hijo Jesús.

Para ilustrar la dimensión tan grande de la reconciliación que se origina en el corazón de Dios, veamos la siguiente historia narrada en el libro de Oseas, la cual puede llamarse "Un romance de reconciliación":

 Dios le dijo a Oseas que se casara con cierta mujer que él mismo le había escogido.  La mujer que Dios le escogió era una prostituta. Oseas se casó con ella y la trató con amor y respeto.  Ella le dio hijos al profeta.






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