DIOS ES MI REPOSO



Introducción 

Los seres humanos hablamos mucho de la necesidad del descanso. Para usted ¿qué significa descansar? 

Descanso: reponerse [una persona] del cansancio. Hacer una pausa en el trabajo o en otra actividad para recuperar fuerzas. 

Reposo: estado de quietud de una persona o cosa que reposa. 

El concepto de descanso en el sentido tradicional, está asociado al cambio de actividad y en otros a evadir o alejarse de las actividades laborales. Pero en el sentido bíblico el mejor descanso es el reposo. 

Dios acabó toda la obra de la creación en seis días y en el séptimo reposó (Génesis 2:1-3), el reposo de Dios no es el reposo de alguien cansado, sino más bien el reposo de quien está “satisfecho” con lo realizado. 

1. El Reposo y la presencia de Dios 

A lo largo de la Palabra de Dios encontramos el concepto de reposo siempre asociado a la presencia de Dios. El reposo que viene de la presencia de Dios trae refrigerio y descanso (Éxodo 23:12; 33:14; Hechos 3:19). 

2. El reposo está asociado a la confianza y fortaleza 

Entender la vida en el Espíritu es aprender a quedarme quieto para que Dios actúe (Isaías 30:15). Esta quietud no es quedarse pasivo ni congelado, es quedarse quieto para que el Espíritu Santo haga su voluntad, es decir, me quedo quieto respecto a lo que quiero, pero activo frente a la voluntad del Espíritu Santo. Esta quietud me lleva necesariamente a confiar, pues esa es la fortaleza de un hijo(a) de Dios. Yo soy débil, pero Dios es fuerte. 

3. El reposo trae descanso al alma 

Nuestra alma (mente, sentimientos y voluntad) necesita reposo y este sólo se halla en la vida en el Espíritu (Jeremías 6:16) ¿Cuál es el camino? Cristo, pero se requiere una acción de mi parte: andar en el Espíritu; por eso he de andar lleno y controlado por el Espíritu Santo (Romanos 8:4), el Señor nos invita a ir a Él (Mateo 11:28-29). En este contexto es claro que si no estoy en paz con Dios, no podré tener verdadero reposo. 

4. El reposo viene al seguir la dirección de Dios 

En el Antiguo Testamento, el arca del pacto representaba la presencia de Dios y siempre iba delante, como en la toma de Jericó, seis días rodearon la ciudad una vez cada día, según la instrucción dada por Dios a Josué, y en el séptimo lo hicieron siete veces (Josué 6:14-15), es decir, lo hicieron en obediencia. Esto mismo fue lo que enseñó el Señor sobre el día de reposo, siendo un día consagrado a Dios, un día para hacer la voluntad de Dios, no simplemente para cumplir un precepto. 

5. El reposo y la conquista 

Cuando apenas comenzaba la conquista de la tierra prometida, Josué les hablo del reposo prometido al poseer la tierra. Aún no la habían tomado, pero el hecho de estar en la conquista les traía el reposo de Dios “Acordaos de la palabra que Moisés, siervo de Jehová, os mandó diciendo: Jehová vuestro Dios os ha dado reposo, y os ha dado esta tierra “(Josué 1:13), vemos como el reposo está asociado a la conquista, no está asociado a la quietud o a la calma. Alrededor mío puede haber conflicto y tempestad, pero llevando a cabo la conquista entro en el reposo de Dios. 

Claro, la conquista implica asumir un compromiso no sólo por la tierra que me corresponde, sino también por la de mis “hermanos” (Josué 1:14-15) 

APLICACIÓN TEOTERÁPICA 

Dios es nuestro reposo, Él es nuestro verdadero descanso, y este lo experimentamos en la medida que dejemos que Cristo a través del Espíritu Santo controle nuestra vida, obedeciéndole en todo, haciendo su voluntad, conquistando el mundo para Él. En otras palabras, cumpliendo la gran comisión, luchando por la salvación de todos los hombres, esto nos permitirá vivir el verdadero descanso que es el reposo (estar satisfecho con la labor que se ha ejecutado). 


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