VIVIR A PLENITUD, MI DECISIÓN


(1 SAMUEL 1:1-28)



INTRODUCCIÓN


En repetidas ocasiones podemos pensar que las circunstancias del momento justifican la pérdida del propósito para vivir y olvidamos que nuestra fuente inagotable de vida, nuestro Buen Dios, siempre está listo para llenarnos permitir que encontremos plenitud y vida.


1. EL ESCENARIO REAL DE ANA

Era estéril y cada año vivía su confrontación con su rival (Versículo 3)
Participaba de los mismos actos solemnes a su vez compartiendo las ofrendas (Versículo 4)
Irritable, triste, depresiva, inapetente (integralmente enferma) (Versículo 6)


2. LAS CIRCUNSTANCIAS PROYECTAN NUESTRO UNIVERSO INTERNO

Sentimientos de baja autoestima: se sentía en condición desfavorable
Estado emocionalmente variable: enojo, irritación, tristeza
Sentimiento profundo de fracaso: temor a perder a su esposo, tristeza al no poder dejar legado  ni descendencia
Su corazón distante de Dios: Entregaba ofrenda a Dios, pero su corazón no era entregado al Señor.


3. HAY QUE TOMAR UNA SABIA DECISIÓN (Versículo 8-10)

Ningún nexo por legítimo que sea, sustituye a Dios.
Ninguna bendición sustituye al dador.
Levantarnos sin contiendas.
 Acudir a quien tiene la respuesta integral.
Sencillamente acudir sin reparar, como esta su estado actual.
 “Si te dignares” a pesar de sentirse que no merecía.
 “Si te acordares” a pesar de su reclamo.
 “Si no te olvidares” aunque se sienta olvidado a Dios.


4. LA RESTAURACIÓN ES SOMETIDA A PRUEBA Y LOS EFECTOS SE MANIFIESTAN

(Versículos 14- 28)


• Cuando su interior está bien mi comportamiento y actitud son acertadas (Versículo 14-16)

• Recibe bendiciones (Versículo 17)

• Se levanta a adorar a Dios (Versículo 19)

• Cumple al Señor conforme a su voto (preparó la ofrenda que tanto esperó, la vida de su hijo)

• Dios le multiplica esta siembra (2:20-21)



APLICACIÓN TEOTERÁPICA

Es necesario aprender que ante la dificultad, por muy dolorosa que ésta sea, no me puedo apartar inconscientemente de Dios, debo despertar en buena conciencia a buscar a Aquel que dispuesto está para darme su amor y su gozo, vivificando mi espíritu para disfrutar de la vida fructífera que Él diseño para mí. Las circunstancias difíciles no pueden convertirse en la excusa para vivir una vida equivocada, miserable o de fracaso, sino en la oportunidad, que de la mano de Dios y en dependencia de Él, podamos crecer y avanzar a cosas mejores.





































Publicar un comentario

0 Comentarios