INTRODUCCIĂ“N
Tener un auto concepto correctamente desarrollado y adecuado, es una posesiĂłn preciada. Es lo que nos permite vivir una vida Ăştil y productiva. Para tener un sano auto concepto, es necesario escuchar la voz de Dios respecto de lo que debemos hacer para vivir segĂşn su creaciĂłn, para esto es necesario disponernos a hacer lo que dice (Romanos 12:1-2), en la medida que renovemos nuestra mente y aprendamos a pensar tal y como Dios quiere, entonces tendremos un auto concepto sano que nos proyectará a crecer en el plan que Dios tiene para cada nosotros, dĂa a dĂa.
Lo que somos
“Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.” (Romanos 7:19)
En ocasiones se tiene problema para sentir valĂa como personas. Hay una nebulosa imagen de nuestro yo, de nuestro ser, en esa parte de nuestra mente donde se generan nuestros conceptos. Queremos llegar a conocer a ese ser, ese "yo", y la pasamos tratando de disipar esa niebla para poder definir el perfil de esa imagen.
1. Tres preguntas definen la conciencia de ser:
1.1. ÂżQuiĂ©n soy? Señala las marcas de identificaciĂłn que nos distinguen de otras personas. Por lo general son nuestras caracterĂsticas generales. Cuando recibimos a Cristo en nuestro corazĂłn, el coloca nuevas marcas (1 Pedro 2:9)
1.2. ÂżQuĂ© soy? Señala nuestro rotulo entre la gente. TambiĂ©n señala como se nos valora, bien o mal. El Señor nos muestra una valĂa Ăşnica, la de ser sus hijos, su pueblo (1 Pedro 2.10).
1.3. ÂżPor quĂ© soy? Señala nuestra razĂłn de ser o de vivir. Tiene que ver con nuestras metas y motivaciones. Cuando nos encontramos con Dios tambiĂ©n encontramos nuestra razĂłn de ser y Ă©l mismo nos muestra el camino por el que debemos andar. (IsaĂas 55:8-9)
2. Toda persona tiene alguna opiniĂłn de sĂ misma
Quizás no creamos tener una opinión muy clara de nosotros mismos, pero por lo general nos conocemos lo bastante bien para explicar de qué manera hacemos las cosas o qué sentimientos usualmente tomamos ante cierto conjunto de circunstancias.
Esa imagen que todos tenemos de nosotros mismos es lo que llamamos auto concepto, se produce a través de los años con base a una diversidad de experiencias. La opinión que construimos a través del tiempo, por lo general no es la que Dios tiene de nosotros, es por eso que él nos advierte que estamos en formación, para lograr la opinión que él tiene de nosotros (Filipenses 1:6). Debemos estar seguros de que Dios obra en nosotros en la medida que se lo permitimos y que tiene un plan perfecto para cada uno, este plan incluye llegar a la estatura de Cristo, es decir a ser como él.
3. El auto concepto es constituido por muchos recuerdos
Se puede dar por sentado que la mente inconsciente jamás olvida una experiencia. El recuerdo siempre está en la memoria, asĂ pensemos que hemos olvidado, todo permanece allĂ. Por lo tanto debemos saber que el Ăşnico que puede sanar nuestros recuerdos es Dios, Ă©l nos libera del pasado que nos ata y nos hace nuevos (2 Corintios 5:17).
4. El auto concepto puede ser mejorado
Aunque el auto concepto sea una ilusoria imagen del yo, y no sea todo lo que quisiĂ©ramos, es posible perfeccionarlo, primero, adquiriendo nuevas apreciaciones como resultado de una profundizaciĂłn de nuestros conocimientos sobre lo que dice Dios de nosotros; y luego usando esas apreciaciones para vencer los patrones de pensamiento que llevan en si el germen de derrota. Es decir, es necesario tener una Ăntima relaciĂłn con Dios para que podamos comprender y ver las cosas como Ă©l las ve, por lo cual Dios nos insta a renovar la mente (Romanos 12:1-2), en este pasaje nos recuerda que:
4.1. Es necesario presentarnos delante de Dios, ser una ofrenda viva
4.2. Permitir que el transforme nuestra mente por medio de la revelaciĂłn del EspĂritu Santo, entonces podremos comprender que somos parte del pueblo de Dios con una funciĂłn especĂfica y que no estamos en esta tierra por casualidad.
Aplicación Teoterápica
Todos tenemos un concepto de nosotros mismos, es importante evaluar a la luz de la palabra de Dios, si este está de acuerdo a lo que Dios dice de mĂ, si es asĂ, cada dĂa debemos crecer para ser las personas que Ă©l quiere que seamos. Si no es asĂ, hoy es la oportunidad para que se disponga a verse como Dios lo ve, como hijo amado, como hijo del Rey con un plan perfecto en este mundo, anunciar las virtudes y el amor de quien nos amĂł primero: Dios.
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