LA HUMILDAD



Riquezas, honra y vida son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová” (Proverbios 22.4).


CONCEPTO:

El término deriva del latín «'hŭmĭlĭtas,1 ātis, f. humilis'» Actitud de la persona que no presume de sus logros, reconoce sus fracasos y debilidades y actúa sin orgullo.

El término humildad, como también lo dice la Real Academia se usa muchas veces en sentido peyorativo. Puede significar pertenecer a un hogar de recursos limitados, o incluso sumisión, dejadez o rendimiento.

Del mismo modo, la humildad es opuesta a la soberbia, una persona humilde no es pretenciosa, interesada, ni egoísta como lo es una persona soberbia, quien se siente auto-suficiente y generalmente hace las cosas por conveniencia.

INTRODUCCIÓN


La humildad es una característica del alma que nos prepara para tener fe. Muchas personas alaban la virtud de la humildad y la consideran una joya hermosa; pero ellas mismas no la quieren poseer, pues ella termina con su ego y su orgullo.



Bíblicamente su significado es más profundo y tiene que ver con la actitud y condición del corazón; en una relación espiritual con Dios.


Hay que morir ves tras ves, Jesús dijo claramente:  ”que solo los mansos y humildes de corazón  heredaran la tierra.” 

DESARROLLO

1. EVIDENCIAS DE LA HUMILDAD

  •  Ser como niño

Según nos dice Mateo 18.1 los discípulos querían saber quién era el mayor en el reino de los cielos. Jesús puso a un niño en medio de ellos, diciendo: “Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos” (Mateo 18.4). 


  • 2. La Mansedumbre

Efesios 4.2 dice que “con toda humildad y mansedumbre” debemos soportarnos con paciencia los unos a los otros en amor. Los humildes nunca caen desde muy alto porque no se exaltan a sí mismos. Pero los que se exaltan a sí mismos caen y sufren. Sería bueno notar aquí que hay una diferencia entre la humildad y la humillación: la humillación, por lo general, es nada más que el orgullo herido.

Los mansos no se ofenden fácilmente. “Ciertamente la soberbia concebirá contienda” (Proverbios 13.10). Cuando se hiere el orgullo del hombre, él muy pronto lo siente y el resultado es contención. Pero con los mansos es diferente. Como su Salvador, cuando los maldicen, ellos no responden con maldición; cuando son perseguidos, lo sufren todo con mansedumbre; cuando los injurian, lo soportan todo sin responder. Los mansos oran por sus enemigos, amontonando así “ascuas de fuego” sobre sus cabezas según Romanos 12.18–20. Eso sí es humildad.

  • 3. La Modestia

La modestia se manifiesta en el semblante, en las costumbres y en la forma de vivir de la persona humilde. Uno que tiene un corazón humilde no tiene ojos altivos. Los humildes se conocen por su manera de ser; son modestos en cuanto a su apariencia. Ellos no se jactan de ser más importantes que los demás. Cuando el corazón está lleno de humildad el “gran yo” no se ve. La modestia es fruto natural de la humildad y se manifiesta en todas las  áreas de su vida.

2. ¿PORQUE SER HUMILDES?

Dios así lo ordena en su palabra

  • Dios manda que los santos se humillen “bajo la poderosa mano de Dios” (1 Pedro 5.6).
  • Que se vistan de humildad (Colosenses 3.12) (1 Pedro 5.5) 
  • Que anden con toda humildad (Efesios 4.1–2).

Dios se satisface con la humildad y la bendice

  • Dios da gracia a los que son humildes (Santiago 4.6)
  • Los que poseen la humildad son los mayores en el reino de Dios. “Riquezas, honra y vida son la remuneración de la humildad” (Proverbios 22.4), (Proverbios 16.19; Mateo 5.3, 5)  

 La humildad es la precursora de la exaltación verdadera

Es importante saber que la senda del orgullo siempre lleva al desastre, mientras que la senda de la humildad siempre lleva a la exaltación. Pero no debemos preocuparnos de cuándo y cómo seremos exaltados. Dios se encargará de todo eso. Lo que nos toca a nosotros es seguir en la humildad, confiar en Dios, obedecer su palabra, mantenernos al pie de la cruz y recordar que las promesas de Dios a los humildes son seguras.

 Dios escucha las oraciones de los humildes

  • “No se olvidó del clamor de los afligidos” (Salmo 9:12)
  • Los ninivitas se vistieron de cilicio y ceniza ante Dios. (Jonas 3:1-10)
  • Ezequías se humilló ante Dios y oró que fuera librado del poder de Senaquerib. (2 Crónicas 32:20)
  • El publicano rogó a Dios por misericordia (Lucas 18:9-14)
Todos estos acudieron a Dios en humildad, y él oyó sus oraciones. A nuestro Dios Todopoderoso le place contestar las oraciones de los mansos y humildes que vienen a él con súplicas y oraciones.

El Humilde: Es quien depende  cada día  de su vida del Espíritu Santo

Madurez con alegría ( Isaías 29:19 )
Habita con Dios       ( Isaías 57:15 )
Vivifica el Espíritu Humilde ( Isaías 57:15 )
A este mira Dios        ( Isaías 66:2 )
Debemos aprender de Jesús(Mateo. 11:29)
Asociarnos con los humildes (Romanos 12:16 )
Dios los consuela ( 2 Corintios 7:6 )

3.  MÁXIMO EJEMPLO: JESUCRISTO

Jesús es nuestro ejemplo perfecto de uno que siempre andaba con el espíritu de humildad. Filipenses 2.6–7 dice esto acerca de Jesús: “El cual  no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo”. Jesús no buscó la grandeza, pero después de humillarse “Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre” (Filipenses 2.9). Los que, como Cristo, manifiestan un espíritu manso, sumiso y humilde pertenecen a Dios y serán exaltados a su debido tiempo. La sencillez semejante a la de un niño, la inocencia y no guardar rencor son evidencias de la verdadera humildad.


Conclusión

Pablo menciona en Colosenses 2.18 hay algo que parece ser la humildad, pero en verdad no lo es. Esta es la humildad fingida y la debemos evitar. Algunos, al darse cuenta de los méritos de la humildad, la codician por su excelencia o por la exaltación que buscan. Buscar la humildad por razones egoístas trae como resultado la humildad fingida. Los que se sienten orgullosos por su humildad algún día se darán cuenta de que era una humildad fingida la que tenían.


El camino para Crecer. Aquel que sabe hacerse servicial de los demás crece, crece en generosidad y amor. 


“El que quiera llegar a ser grande entre ustedes, será su servidor, y el que quiera ser el primero entre ustedes, sea su esclavo; de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos” (Mateo 20, 26-28).


Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra. 

(2 Crónicas 7:14)



BENDICIÓN SACERDOTAL: 1 DE PEDRO 5:6




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